Inventaría las palabras perfectas para complacerte. Quizás pintaría el
mundo color de rosa y te diría al oído que podríamos tener juntos la
vida de ese color. Nos acostaríamos en el pasto verde a ver las
estrellas por la madrugada y a escuchar el ruido del viento. Nos
abrigaríamos con una manta multicolor, nos giraríamos y nos miraríamos a
los ojos.
Después me abrazarías por el frío, me darías un beso en la frente.
Y nos quedaríamos así hasta que salga el sol.